Uno de los elementos que diferencia la Odontología holística de la Odontología convencional es el constante esfuerzo por usar materiales respetuosos con la salud y el medio ambiente. Existe una nueva generación de materiales biocompatibles que se pueden utilizar en todos los tratamientos dentales.
El caso más llamativo es el uso de la amalgama como empaste dental. La amalgama se viene utilizando como material de obturación dental desde hace aproximadamente 150 años. Un alto porcentaje de la población lleva en la boca este material económico, sencillo y fácil de trabajar. Sin embargo, debido a su composición -suele ser de un 50% de polvo de aleación (plata, estaño, cobre, cinc, mercurio) y el otro 50% de mercurio líquido- sus riesgos son elevados.
El metal, además de emitir vapores tóxicos, se va disolviendo al masticar, lavarse los dientes, tomar bebidas calientes o por efectos galvánicos, y ser asimilado por el organismo y depositado en diversos órganos (riñones, hígado, cerebro, tejidos conjuntivos). Esto, por un lado, produce trastornos en el metabolismo (bloqueos enzimáticos) y, por otro, daños en las células y en la sustancia genética.
Los materiales alternativos de obturación (empaste), del color de los dientes, son cada vez más populares. Estos materiales son más estéticos y no requieren que el dentista elimine tanta estructura dental. Además, no contienen mercurio. Existen sistemas de empastes biocompatibles que se basan en nuevas tecnologías suaves y fiables para los dentistas, personal dental y los pacientes. La composición de estos composites sin Bisphenol A, ni metales, ni hormonas artificiales evita las alergias habituales con otros materiales y la contaminación debido a la inhalación, el contacto con la piel o la saliva.
Otros materiales que han mejorado sustancialmente en los últimos años son los cementos para fijar las incrustaciones dentales (inlays y onlays de cerámica y zirconio). La cemetación es el sellado entre el diente y la pieza de restauración. En este caso existen materiales de alta biocompatibilidad como los cementos para la fijación definitiva de ionómero de vidrio o de fosfato de cinc.
En la implantología también han aparecido nuevos materiales biocompatibles y que se integran bien en el hueso humano. Un implante dental es un elemento diseñado para sustituir la raíz que falta y mantener el diente artificial en su sitio imitando a la naturaleza. Están diseñados para anclarse firmemente al maxilar y mantener el diente en su lugar. El titanio y el material cerámico permiten la mejor integración tanto con el hueso como con la encía.
Uno de los avances más importantes en el campo de la Odontología consiste en la utilización de zirconio para realizar tanto coronas como puentes. El zirconio permite sustituir muy ventajosamente las aleaciones de metal y cerámica que hasta hace poco tiempo eran el único sistema empleado en este tipo de rehabilitaciones. La sustitución del metal por zirconio ofrece mayor biocompatibilidad de la prótesis no produce ninguna alergia ni muestra ningún tipo de incompatibilidad con la cavidad bucal.
Otro factor importante es la estética. Al tratarse de un material blanco y translúcido permite realizar prótesis de aspecto aún más natural y luminoso siendo el material que mejor simula al diente natural. Por otro lado, al carecer de estructura metálica bajo la cerámica, nunca se verán bordes grises en el caso que la encía se retraiga con el paso del tiempo.
Una buena forma de saber si el contacto de ciertos metales con nuestro cuerpo desencadena procesos de alergia puede saberse al realizar un test de kinesiología o el test Melisa.