Los aparatos de ortodoncia se utilizan en niños (y también en adultos) sobre todo para mejorar la posición de la mandíbula y favorecer la coordinación durante el crecimiento.
En la ortodoncia tradicional, habitualmente no se toma esta medida hasta que no han salido todos los dientes permanentes y, en caso de apiñamiento, suele procederse a la extracción de piezas totalmente sanas. Sin embargo, en ortodoncia holística empezamos a tratar a los niños cuando todavía están en primaria, o incluso en edad preescolar, con el fin de ensanchar delicadamente la mandíbula y, por medio de aparatos removibles que impulsan el crecimiento, crear espacio para que pueda conservar todas sus piezas dentales. Por regla general, no hace falta sacrificar ningún diente sano.
El sistema craneomandibular es capaz de autoajustarse
Con los aparatos de ortodoncia tradicionales, lo que se hace es empujar a los dientes, moverlos aplicando una determinada fuerza exterior. La ortodoncia holística, por el contrario, trabaja con aparatos funcionales como el Bionator, el regulador funcional, determinados arcos vestibulares, el modelador elástico o diferentes activadores que, estimulando la actividad muscular, consiguen reajustar la posición de los dientes. Estos aparatos posibilitan una colocación óptima de todo el engranaje y armonizan la oclusión y el ajuste de ambas mandíbulas. De esta manera adiestramos al sistema craneomandibular para que empiece a comportarse como un todo único y armónico.
Dependiendo de la desviación a la que nos enfrentemos y de las dimensiones del diagnóstico, nos decantaremos por uno u otro aparato.
El Bionator: Gimnasia para la boca
Este delicado aparato va suelto en la boca. El Bionator no fuerza el movimiento de ningún diente; sin embargo, transforma todos los movimientos que se producen en la cavidad bucal.
Sin ningún tipo de fijación, el Bionator conforma una especie de articulación entre la mandíbula superior y la inferior y se encarga de generar una serie de estímulos que llevan al movimiento y al contacto entre músculos, tendones y raíces dentales. A través de estas nuevas series de movimiento se consigue que en la cavidad bucal, que en muchos casos resulta demasiado reducida, se produzca una expansión permanente y, de esta manera, se reajuste la distribución de la hilera dental y la mordida.
Biognathor (Biognathe Orthese)
El Biognathor supone un avance en el desarrollo del Bionator. Su forma es mucho más sencilla, carece de arco lingual, y el arco labial, que es extraíble, apenas se ve desde fuera y no tiene efectos audibles en la producción del lenguaje; lo cual facilita que el niño no tenga inconveniente en llevarlo también durante el día. Con este aparato aumenta considerablemente la cota de éxito en tratamientos contra el dolor y el crujido mandibular, y en niños que rechinan los dientes o aprietan la mandíbula durante el día. Como terapia adicional se recomiendan, en algunos casos resultan incluso imprescindibles, los ejercicios de Padovan para entrenar los movimientos de masticación, deglución y aspiración.
Terapias adicionales para asegurar resultados duraderos
Para garantizar la permanencia de los efectos obtenidos con los aparatos de ortodoncia, puede ser necesario reforzar el tratamiento con el empleo de otras terapias complementarias, quedando así patente nuestra concepción holística de la Medicina.
Entre ellas se encuentran, por ejemplo, la terapia miofuncional y los ejercicios de motricidad oral y corporal del método Padovan. Gracias a esto se superan funciones y hábitos erróneos localizados en la zona bucal y facial, como pueden ser la respiración por la boca, problemas en la deglución o disfunciones en la articulación del lenguaje. Estas terapias ayudan a restablecer el equilibrio en la zona.
La terapia craneosacral, la osteopatía y otras técnicas manuales ayudan a liberar bloqueos y a recuperar la movilidad de todas las articulaciones.
Un tratamiento homeopático complementario puede reforzar el crecimiento y la formación del niño, y asegurar el correcto desarrollo físico, mental y psicológico de nuestros jóvenes pacientes. También la terapia linfática, la logopedia, la terapia respiratoria, las terapias de la voz y el lenguaje, la ortopedia, la fisioterapia o el control alimenticio pueden formar parte de un tratamiento de carácter holístico.
Por eso en nuestra clínica trabajamos codo a codo con especialistas de otras ramas de la Medicina y, si es necesario, los integramos en el diseño de nuestro concepto terapéutico.